LAS HERIDAS Y EL RECUERDO

 

"...los niños tienen que ser lo que ellos quieran, pero, sobre todo, tienen que ser niños". 

"El maestro que prometió el mar" de Patricia Font, es un ejercicio de integridad, de memoria y sobretodo de emoción. Llena de humanidad, didáctica y totalmente necesaria reivindica la dignidad de aquellos maestros que por sus ideas fueron purgados, exiliados o en el peor de los casos exterminados y aún permanecen en las cunetas de este país.

Un pueblo de 200 habitantes, subyugado al rígido poder que siempre ha tenido la iglesia en España. Un modo diferente de dar clase, alejado por completo de dicha rigidez católica, supone todo un torpedo a la línea de flotación de la enquilosada sociedad española de 1936, además de un elemento subversivo extremadamente peligroso para los de siempre. 

 Como dijo el pedagogo francés Freinet, hay tres principios básicos en la pedagogía: la libertad de expresión, la vida cooperativa y la emancipación por medio del trabajo. Elementos todos ellos en confrontación con los que posteriormente adoptará la escuela franquista durante cuarenta años.

 

Antoni Benaiges (Enric Auquer)  es el maestro que quitará el crucifijo en el aula aplicando los principios de laicidad en las escuelas de la República. El "elemento pernicioso" que viene a querer transformar las cosas desde un nuevo modo de educar. Innovador, librepensador se encontrará con la hostilidad de los que quieren que nada cambie nunca para seguir teniendo sus privilegios intactos. 

Educar a una generación en el pensamiento crítico que cuestione el reparto de la riqueza, que potencie la creatividad y el desarrollo humanos es suficiente amenaza para los poderes establecidos que al grito de "defender" la patria y sus valores tradicionales arrasará con todo aquello que no comprenda o pueda suponer un obstáculo para seguir manteniendo las brechas sociales y las desigualdades económicas que los perpetúan en las estructuras de poder.

La defensa de los "valores" de la patria en la escuela en el franquismo, coartará de manera drástica las libertades potenciando  la permanencia de la mujer en el hogar, la familia tradicional, la imposición de los "valores" del nacional catolicismo o la moral castradora. Un lastre ideológico demasiado grande para el avance como sociedad y del que aún resuenan ecos. 

En simultáneo a la historia del maestro, tenemos a Ariadna (Laia Costa) que se adentra en la búsqueda de los restos del padre de su abuelo, también fusilado y enterrado en una fosa común. La convergencia de ambas historias, separadas en el tiempo, establece una especie de paralelismo entre la búsqueda de la memoria por parte de Ariadna y la pérdida de ésta por parte de su abuelo. 

Una hermosa reflexión sobre las heridas que heredamos del pasado y cómo éstas influyen de modo determinante en el tiempo. La fragilidad del personaje de Ariadna busca una especie de redención a través del recuerdo, restañar las heridas para comprender el futuro, para dignificar lo que viene. 

Dos historias que se solapan a través del contraste de la luz, Benaiges es la claridad, el olor a limpio, a aire fresco para crecer. La luz es el conocimiento, la oscuridad es la ignorancia, la rigidez, la frialdad. El conocimiento viene de la razón, la ignorancia se establece en la fuerza. El pensamiento nos hace libres, como el mar al que les promete llevarles. Ariadna es frágil, todo a su alrededor se construye de silencios, los silencios heredados que la determinan y sin embargo la empujan en una especie de catarsis emocional a una redención personal.

La memoria se antoja como principio esencial para no repetir las mismas atrocidades, para dignificar el recuerdo de todos aquellos docentes que intentaron que España fuera un país mejor y nunca...les dejaron. 

Rubén Moreno


 


 


Comentarios

  1. Muy buen desglose de lo que esta película ofrece. Totalmente de acuerdo en todo, sin embargo, a excepción de Enric Benaiges, encuentro que tanto los demás actores/actrices como sus personajes son un poco de cartón, de ese papel maché repleto de tópicos bastante revisitados en el cine español y por ello manidos. Sin embargo, no deja de ser una película con todos los componentes para disfrutar con remembranza, sin el deseo de su vuelta a esos tiempos grises. Creo que a la directora (un buen trabajo), aún le quedan algunos vuelos que tomar para más adelante, estoy convencido, pueda ofrecernos algo más magno. No me cabe duda de que estamos frente a una, aún novel directora, que promete y mucho dentro de este cine patrio. Pero sigo pensando que aún no se ha hecho una gran y verdadera película sobre el holocausto español. Probablemente porque aquí nos rasgamos las vestiduras si hemos de hablar mal de nosotros mismos. No como en Alemania o Francia (a pesar de que también tienen sus films propagandísticos). Mi sueño es que algún día seamos capaces y sin cortapisas de llevar a cabo una película que retrate verdaderamente lo que aquí sucedió.

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    1. Patricia Font hace su ópera prima y ahonda en la necesidad de no olvidar precisamente para que no vuelva a ocurrir. La película nos retrotrae a un tema que a mí me encanta que es el de la escuela republicana, algo que ahora pretende minusvalorarse y que de haber podido seguir estoy seguro que nos habría dejado un país mejor y más honrado

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    2. Ya digo que la directora muestra dotes de conocedora del medio y apunta alto, de eso no me cabe duda. La temática, también interesante y ciertamente esa pinza importante sobre cómo debería ser y planteaban en la República. Libre, laica y participativa. A pesar de recurrir a tópicos ya manidos, insisto en que aún no se ha hecho una gran y buena película sobre lo sucedido en este país. Pero dónde recalco tintas es en que practicamente, a excepción de Benaiges, los actores no acaban de dar la talla y son solo meros comparsas que aparecen y desaparecen de las historia. Hay varios saltos temporales en la historia del maestro, pero el de la llegada de las tropas fascistas es de un pim, pam, pam, que te deja con un : asume que ya lo tenías que saber. Es una buena película, creo yo, pero habría que currarse mejor el casting. Muchos no dan la talla. Hay mejores actores/actrices, a los que tenemos olvidados que harían un reparto excelente. Quizás producción no quería pagar lo que se merecerían y quizás por el hecho de que la temática sigue incomodando y mucho a más de la mitad del país.

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